Vivir
latiendo hambre.
Temblar de nada.
.....
Morir, un acto
tantas veces ensayado.
.....
Morir de qué
.....
Están los grillos en lo alto
del grito
encendidos:
toda ceniza es alarido.
.....
Al son de la ceniza
sueña el pie
otra mañana,
una luna más.
.....
Cierro la arena,
ya no veo los ojos,
este viento.
Nada quema
como tu voz.
.....
No te roza mi mano
ni mi lengua.
Te posas en mí,
siento el ardor: eres.
Con eso me basta.
.....
No cierres la puerta,
adentro llueve.
.....
Silencio vivo,
silencio descarnado;
sé mi lámpara,
mi piel.
.....
¿Adónde va mi voz
inútil,
solitaria, sorda?
Agua que corre
por la alcantarilla.
De su libro "toda ceniza es alarido", Lago editora. Otoño cordobés de 2016.
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