lunes, 10 de julio de 2017

Me pediste que te abrazara fuerte
esa noche
y te envolví con mis brazos
con toda la fuerza que pude.
Y, aunque sabemos que el abrazo
siempre pide más
-adentrarse en la mañana,
respirar la tarde
y la luna de otra noche-
pudimos escuchar el viento
en nuestras ramas
y hacer que nuestras hojas se rozaran
mezclándose
en la intensidad del beso


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