El paisaje de la calle
relampaguea desde
ventanillas
un caos de subidas y
bajadas,
distorsión, boletos
de no saber adónde,
pasos que no saben si
eligen, ires
removiendo el pulso de los
árboles
y en una curva del
silencio, tus manos
acercan las uvas
que no queremos dejar de
compartir
y la cosecha de dulzura
asoma
en medio del cemento y los
papeles apurados
sin ajetreos que la
distraigan
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